Terrores infantiles

Todo peque pasa, unos más intensamente que otros, por esa difícil etapa de los terrores infantiles.  Dependiendo de cada niño, puede quedarse en pequeñas interrupciones durante el sueño, o convertirse en auténticas pesadillas que, en algunas ocasiones, se mantienen a lo largo de varios años, e incluso acompañarles en su vida adulta.

En el caso de Pequeño, digamos que es más «León de El Mago de Oz» que «Íñigo Montoya de La Princesa Prometida», pero tiene sus miedos más o menos controlados después de que se le explicara que sólo es el vecino que hace mucho ruido, o el perrito ladrando porque está solito.

En este aspecto, los Cuñaos han hecho un buen trabajo no alimentando sus miedos, sino tratando de explicarselos y enseñandole a enfrentarlos.

Mucho tiene que ver el tener controlado, dentro de lo posible, los contenidos de la caja tonta a los que tiene acceso el peque, y no dejando que presencie ciertas escenas o imágenes no aptas para su edad, como puede ser un telediario, que más bien parece la versión hablada de «El caso»

¿Y esto a qué viene?

Pues viene a cuento de que este fin de semana he estado en mi mundo rural, donde hay una buena pandilla de peques de todas las edades posibles, y allí me he encontrado que el hijo de una amiga, un niño con seis años, tiene auténtico terror a quedarse sólo en cualquier habitación de la casa.

Su miedo llega al punto de preferir salir a la calle para orinar antes que ir al baño por sí mismo, o dormir con su madre mientras que el padre debe irse a otra habitación. Si llega a despertarse antes que cualquier otro miembro de la familia, no se mueve de la cama hasta que no nota actividad, porque le aterra la idea de bajar al salón, y tener que jugar,  ver la televisión, o símplemente cambiar de habitación sólo.

Yo me quedé perpleja ante tal situación, y no entendía como habían podido llegar hasta los seis años sin corregir esta conducta y, sobre todo, sin comprender el por qué de tan tremendo miedo.

La respuesta me la dió su padre, quien estaba convencido de que los típicos terrores nocturnos se complicaron y extendieron en el tiempo por la costumbre de su madre de ver el telediario con el niño delante. De hecho, cuando le preguntaron por qué no quería estar sólo o ir al baño, respondió que le daba miedo que entraran a robar. Su padre le intentó tranquilizar diciendole que si entraban no pasaba nada, que se llevaban la tele, el ordenador o la consola, pero que no pasaba nada porque podían comprar otra, a lo que el chaval respondió que eso ya lo sabía, pero lo que le daba miedo era que le robaran a él.

Yo no daba crédito, cuando me comentaba que la idea la había sacado de las noticias, concretamente del caso de la monja que robaba niños en una maternidad de Madrid. Y en su cabeza, que cuenta con una imaginación desbordante, la historia creció hasta creer que la monja en cuestión iba por las casas robando niños.

Naturalmente, los presentes, ignorantes en materia infantil-maternoparental, sólo mostramos nuestra estupefacción ante tal conducta y le sugerimos que, si quería estar informada, tenía el canal 24H, la televisión a la carta en internet, y ese aparatito llamado DVD grabador, que te permite verlo cuanto quieras, ante lo que puso todo tipo de impedimentos.

Y yo me pregunto. ¿Acaso es más importante que uno vea la programación que le gusta, cuando le gusta, aunque no sea la correcta para tu hijo, o mejor te esperas a que esté en la cama?

Ya os digo que yo soy una ignorante, pero la respuesta es de sentido común. Y lo que no es de recibo es que el niño tenga un problema de conducta por algo totalmente superfluo.

Pero cada uno educa lo mejor que sabe, y nadie es quien para meterse en su método.

¿Y vosotros que creeis?

2 comentarios en “Terrores infantiles

  1. Me parece alucinante, la verdad. Ya no tanto el hecho de que hayan estado viendo el telediario con el niño delante (porque errar es humano y seguro que no pensaron en que el niño pudiera traumatizarse tanto) sino porque continúen haciéndolo aun a sabiendas de que le están perjudicando… Muy fuerte todo. Un besote!!!

    1. Me quedo más tranquila leyendo tu comentario, porque me cercioro de que no soy una histérica.
      Me imagino que, como en muchas cosas, es más fácil darse cuenta de ciertas cosas desde fuera. Pero una vez que te has dado cuenta de la situación, habrá que evitar que se repita, y ahí es donde no les veo muy por la labor.

      Gracias por pasarte, y disculpa la larga ausencia. Últimamente no salgo de una y me meto en otra, aunque todas buenas, por suerte.

      En breve me pongo al día con tu «factoría de contenidos». Lo tuyo es un no parar!!
      Besotes!!

Y tú, ¿qué opinas?